Mezzé es la transcripción fonética del término árabe mâza del verbo tamazzaza que significa degustar pequeños bocados concediéndole a los perfumes el tiempo necesario para impregnar nuestras papilas gustativas y así disfrutar de todo el abanico de sabores que envuelve un plato.
Si hay una composición gastronómica capaz de ilustrar lo que Balzac denominaba "la gastronomía de los ojos" es sin duda el Mezzé.
La innovación culinaria es una necesidad en mi cocina, un imperativo en la tradición de hospitalidad, de solidaridad, de agradecimiento, muy arraigada en mi familia. Era impensable que una visita se marchara de casa con el estómago vacío por lo que a menudo había que improvisar con muy poco para mantener la dignidad de la acogida doméstica. Esto ha despertado en mí gran generosidad, talento y curiosidad por nuevas combinaciones de sabores y especias, arte que me fascina practicar sin mesura.
Un nuevo Mezzé de mi cosecha, espejo del estado de mi alma en este frío otoño, crujiente de ternera a la canela, un viaje culinario que nos traslada a los deliciosos rekakats libaneses, las exóticas samosas indias o la insuperable pastela marroquí, recogiendo matices de todas ellas, una simbiosis de sabores que contribuyen a personalizar mis mezzés. Diversidad, equilibrio, perfumes, sabores encontrados, texturas, sensaciones, el despertar de los sentidos...que otorgan personalidad a un bocado.
Fiel mensajera de la cocina libanesa, de la cocina con alma, os invito a degustar mis platos.
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